Senderismo entre las lavas de Timanfaya
Esta es la ruta más cómoda para conocer de cerca la belleza de las Montañas de Fuego del Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote. El visitante solo tiene que entrar en el promontorio llamado Islote de Hilario tras pagar la correspondiente tasa y esperar a que le toque su turno para subir al bus de la ruta, que sale del propio islote. Una vez a bordo, son 40 minutos de viaje por una tierra casi extraterrestre.
La ruta, interpretada por audio, lleva a los sitios más emblemáticos del parque: conos y tubos volcánicos casi inalterados, caprichosos flujos de lava que empiezan a ser colonizados por líquenes y campos de piroclastos rojizos. Alternativamente, para caminar a través de este paisaje casi inalterado desde su creación, se recomienda reservar plaza en la Ruta del Litoral y en la de Termesana, con sus correspondientes versiones cortas, todas ellas gratuitas.
El asador volcánico de César Manrique
En pocos lugares del mundo se puede comer en un restaurante construido alrededor de un horno-asador alimentado por el calor que emite un volcán dormido. Uno de ellos es el Restaurante El Diablo, situado en el Islote de Hilario del Parque Nacional de Timanfaya. El horno en cuestión es un pozo vertical abierto en la roca sobre el que se asan carnes, pescados y otros productos locales de la isla.
Otro gran atractivo del restaurante es su diseño, firmado por el artista lanzaroteño y gran defensor de la naturaleza César Manrique, quien ayudó a embellecer una isla que hoy en día es Reserva de la Biosfera de la Unesco. Los ventanales del restaurante ofrecen unas vistas sensacionales de las Montañas de Fuego y de las demostraciones de géiseres artificiales y hornos naturales del Islote de Hilario.
Ver géiseres artificiales en Lanzarote
El Islote de Hilario es el corazón turístico del Parque Nacional de Timanfaya y el lugar donde comprobar por qué sus volcanes se llaman ‘montañas del fuego’. Este promontorio es un punto importante de emisión de calor de los volcanes dormidos de la isla de Lanzarote. En algunas partes de su superficie la temperatura alcanza los 100 grados centígrados. El personal del parque demuestra esta anomalía geotérmica mediante géiseres artificiales y hornos naturales.
A esta pequeña colina edificada se accede por un punto de la carretera LZ-67, donde se encuentra uno de los símbolos del parque: la escultura de metal conocida como El Diablo de Timanfaya. La tasa que se paga en este acceso incluye el pase al islote y el billete para la Ruta de los Volcanes. En el interior del complejo está el restaurante El Diablo, diseñado –como El Diablo de metal– por el gran artista lanzaroteño César Manrique y cuyo horno-asador usa el calor del volcán.
Paseo en dromedario por las Montañas de Fuego de Timanfaya
La alternativa exótica a visitar el Parque Nacional de Timanfaya a pie o en autobús es hacerlo a lomos de un dromedario. Esta excursión de pago comienza en el Echadero de Camellos, un área situada junto a la carretera LZ-67, en el límite oriental del parque. Desde este punto salen caravanas de dromedarios cargados con dos turistas cada uno que recorren durante 20 minutos la ladera sur de la espectacular montaña Timanfaya.
El paseo permite conocer estos amables animales, adaptados a la sequía e íntimamente ligados a la historia reciente de la isla de Lanzarote. Cuando el visitante se acostumbra al suave bamboleo, empieza a descubrir las maravillas geológicas que van salpicando la ruta: conos volcánicos de colores encendidos, mares de lavas rugosas y laderas de fina ceniza volcánica. Para aprender más sobre los dromedarios y la excursión, se recomienda visitar el pequeño museo que hay en el Echadero.
Historia de los volcanes de Lanzarote
Las erupciones que crearon el Parque Nacional de Timanfaya y cambiaron la isla de Lanzarote para siempre ocurrieron hace casi 300 años, entre 1730 y 1736. Durante esos seis años, un sinfín de volcanes estremecieron la tierra, escupiendo lava y trozos de roca incandescente. Las erupciones más largas e importantes del vulcanismo histórico de las Islas Canarias se conocen bien gracias a las detalladas descripciones de improvisados cronistas como el párroco del pueblo de Yaiza.
La feroz actividad de los volcanes creó nuevos paisajes, pero también desbarató la vida de algunos pueblos lanzaroteños. En 1736, muchos lugareños salieron en procesión cristiana y plantaron una cruz para pedir a la Virgen María que parara el río de lava que amenazaba el pueblo de Tinajo. La lava ardiente se detuvo antes de llegar a la cruz y los jubilosos devotos prometieron levantar una ermita dedicada a una nueva advocación mariana, la Virgen de los Volcanes.
Experimentar una erupción en Timanfaya
Las instalaciones modernas y accesibles de este centro de interpretación, junto a su interesante combinación de métodos para presentar los valores del parque nacional, lo convierten en una parada de interés para todos los visitantes. Está situado fuera del parque, en la carretera LZ-67, antes de llegar a El Taro y a pocos kilómetros de la población de Tinajo, y es de entrada gratuita.
La presentación audiovisual del centro resume en 30 minutos los dramáticos acontecimientos que durante seis años del siglo XVIII sacudieron la isla de Lanzarote, transformándola por completo y regalando a sus actuales pobladores el tesoro que suponen estas Montañas de Fuego. De hecho, una parte de la exposición, conocida como La Cueva, intenta reproducir en el visitante las sensación de vivir en directo un acontecimiento de tal envergadura.
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- No camines por espacios no permitidos y respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- No enciendas fuego fuera de las zonas permitidas y ten especial cuidado en los meses de verano.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).