Punto clave para el sector de los cruceros en España, y un lugar fascinante para descubrir
Con más de un millón de cruceristas recibidos en 2018, según datos de Puertos del Estado (Ministerio de Fomento), el de Santa Cruz de Tenerife es el cuarto puerto español con mayor número de pasajeros de cruceros. Esta posición en el ranking, encabezado por el puerto de Barcelona, lo convierte en el segundo puerto canario con mayor tránsito de cruceristas, superado solo por el puerto de Las Palmas que registró poco más de 1,3 millones de visitantes.
Actualmente, el de Santa Cruz constituye el principal puerto de Tenerife, seguido por el de Los Cristianos, pero no siempre ha sido así. Históricamente, la actividad comercial de los puertos de Garachico y La Orotava era superior a la de Santa Cruz. La destrucción del puerto de Garachico en 1706 a causa de una erupción volcánica, junto con otros factores como la aparición de una pequeña clase burguesa-comercial relacionada con el puerto o las mejoras en las comunicaciones interiores, resultaron un punto de inflexión en el desarrollo del de Santa Cruz hasta convertirse en el puerto de referencia que es hoy en día.
Con más de diez kilómetros de extensión, que abarcan desde la Dársena de Pesca hasta el muelle de Honduras, es el puerto con mayor extensión de las Islas Canarias. También cuenta con la terminal de cruceros más moderna de la Macaronesia (región biogeográfica formada por los archipiélagos de Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes). Diseñada como construcción de última generación, la nueva terminal -inaugurada en 2016- tiene capacidad para recibir cruceros ecológicos de última generación propulsados por Gas Natural Licuado (GNL), el combustible fósil más limpio a nivel mundial. De hecho, el muelle chicharrero fue el primero en suministrar gas licuado a un barco, mostrando así su compromiso con el medioambiente y con la reducción de emisiones de CO2 y de gases de efecto invernadero.
La privilegiada ubicación de Tenerife ha convertido al puerto de Santa Cruz en punto de escala de varias líneas marítimas. Concretamente, está conectado con más de 270 puertos de Europa, África y América. Por su enclave, el Puerto de Santa Cruz es una referencia no solo para el sector de los cruceros, sino también en el tránsito de mercancías, con el consiguiente impacto en la economía de isla.
En este puerto han atracado algunos de los trasatlánticos más grandes del mundo, como el Queen Mary 2 –con capacidad para 2620 pasajeros y 1250 tripulantes– o el Queen Elizabeth 2 –con una tripulación de más de 1000 personas y casi 1800 pasajeros–.
El Puerto de Santa Cruz y el de Shenzhen, ubicado en la provincia china de Cantón, están hermanados mediante un convenio de colaboración firmado en el World Port Strategy Forum que se celebró en Tenerife en junio de 2013. A través de este acuerdo, ambos puertos se comprometieron a intercambiar experiencias y conocimientos en ámbitos como la protección ambiental, la seguridad y planificación portuaria y la formación de los profesionales de ambos puertos. Las directivas de ambas instalaciones también se comprometieron a mantener contactos regulares para enriquecer esta nueva relación comercial.
