El mejor spa eco del mundo y otros hoteles sostenibles

¿Sabes reconocer un hotel ecológico? En las Islas Canarias se encuentran algunos de los más importantes de Europa.

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Las Islas Canarias guardan un auténtico tesoro: su entorno natural. Por eso, la conciencia sobre su valor está tan extendida entre sus habitantes, que lo respetan y cuidan. También lo intentan transmitir a los visitantes, un papel que ejerce con convicción el sector turístico. Hablamos con los responsables de tres hoteles canarios que han hecho bandera de la sostenibilidad convirtiendo sus establecimientos en referencias en este ámbito.

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El Bio-Spa del Hotel GF Victoria (calle de Bischofshofen, 4. Costa Adeje. Tenerife) ha ganado en 2019 el World Luxury Spa Award. Un galardón que premia su apuesta por la sostenibilidad en todos los ámbitos, desde el uso de productos naturales, que no han sido testados en animales, hasta la energía con la que calientan el agua (solar o biomasa). Pero no solo el spa es ecológico, sino todo el hotel, que ha seguido unos criterios sostenibles desde la construcción: prefabricados de hormigón por su menor huella de CO2, materiales sostenibles, piedras naturales, un jardín que no necesita riego constante y aprovecha el sereno de las noches… “La tecnología nos ha ayudado mucho”, valora Victoria López, presidenta de Grupo Fedola, a la que pertenecen el hotel y el Bio-Spa.

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Gracias a esa tecnología (luces led, agua caliente gracias a placas solares, biomasa y recuperadores de calor, que aprovechan el que desprenden las máquinas del aire acondicionado), el 90 % de la energía es renovable. “Nos hemos convertido en el primer hotel de las Islas Canarias que tiene el certificado energético A, el más eficiente, y la nuestra, GF Hoteles, es la única cadena de hoteles canaria que ha conseguido firmar el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, varios de cuyos principios se refieren a la sostenibilidad. No es una declaración de intenciones, tienes que demostrar que cumples todos los requisitos. Nos costó dos años conseguir firmarlo”, explica López, que eliminará todo el plástico en 2020.
 

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No es una moda, es el futuro

Autor

Victoria López

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La hostelera confía en un futuro más limpio porque, según ella, en las Islas Canarias “hay mucha conciencia de sostenibilidad, especialmente entre los más jóvenes, y los hosteleros somos los primeros que hemos dado el paso invirtiendo en energías limpias”. “No es una moda. Es el futuro, no hay otro camino que proteger el medioambiente”, añade.

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En la misma línea se expresa Gonzalo Bethencourt, dueño de Buena Vista Lanzarote Country Suites (carretera de Conil, 22. Tías. Lanzarote), que ha convertido una finca de 10 hectáreas en un establecimiento con 5 habitaciones rodeadas de viñas, naranjos y huertos cultivados de manera ecológica. “Intentamos que el impacto medioambiental sea mínimo, usando energías renovables como placas fotovoltaicas y apostando por el autoconsumo con lo que tenemos en la finca”, explica el empresario. En ese sentido, a los clientes les ofrecen mermeladas hechas allí mismo y usan productos de proximidad, como el yogur y el queso ecológicos de una granja cercana. También tienen un par de colmenas.
 

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“Son pequeños gestos, como renunciar al plástico o poner dosificadores para el gel y el champú en vez de botecitos. La vajilla nos la hace la ceramista Eguzkine Zerain, que vive aquí. El visitante agradece y te busca por eso, aunque hay que explicarlo y ser pedagógico porque, si no lo sabe, no lo aprecia”, comenta Bethencourt, que destaca la riqueza “tremenda” de las Islas Canarias. “Plantas endémicas, aves… Cada isla es distinta: en algunas hay vegetación, otras son volcánicas… Hay que preservarlas”.
 

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En Lanzarote, dentro del Paisaje Protegido de La Geria y al lado del Parque Nacional de Timanfaya, hay otro establecimiento respetuoso con el medioambiente, Ecofinca La Buganvilla (La Florida, 45, San Bartolomé), al frente del cual está Osvaldo Cabrera. “La nuestra es una apuesta por conciencia (mi hermana es bióloga). Pero también por salud -afirma-. Nuestras viñas producen uvas que vendemos fuera y que también usamos para hacer vino para consumo propio y de los clientes. En vez de echarle químicos lo hacemos de manera ecológica, ya que el gasto es casi el mismo y es más sano”.

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En La Buganvilla usan placas solares para el agua caliente y la electricidad. “Estamos cerrando un círculo: vivir, alimentarnos y usar energía de la manera más autosuficiente posible. Cuando ves que es posible hacerlo, la reflexión es: si sabemos que las Islas Canarias son unos territorios muy frágiles, ¿por qué no usamos los recursos naturales limpios en vez de ensuciar el medioambiente? ¿Por qué hacerlo de otra manera si puedes hacerlo así?”. Unas preguntas que cada vez más hosteleros de las Islas Canarias están respondiendo con actos.