El plátano de Canarias es el único en Europa con el sello IGP (Indicación Geográfica Protegida). Es conocido mundialmente por sus motitas negras y su excepcional sabor y textura. Algo que solo es posible gracias a las buenas condiciones de maduración y al clima canario. Además, es una fruta rica en potasio, magnesio y fósforo, por lo que la convierte en un alimento muy saludable.
Además de sabroso, es muy sano
El plátano de Canarias se diferencia por tener un aroma intenso, unas inconfundibles motitas negras visibles en las zonas donde maduran y un sabor muy dulce. Además, al tener un mayor índice de humedad, es más jugoso que la banana.
Según el doctor Lluís Serra, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria: “muchas personas se preguntan cuántas calorías tiene un plátano y lo cierto es que no tiene tantas como pudiéramos pensar. La presencia de grasas en el plátano es casi nula y está exento de colesterol”.
La composición en azúcares, fibra y vitaminas de esta fruta depende de su estado de maduración. Por ello, este catedrático añade que ingerirlo en su punto justo de maduración también es beneficioso para personas con tendencia o riesgo a padecer obesidad y diabetes. Acorde a un estudio de la Universidad de Harvard, comer plátanos en el punto medio de maduración puede ayudar a prevenir enfermedades.
¿Qué lo hace diferente?
Aunque las primeras plataneras llegaron al archipiélago en el siglo XV, no es hasta el 1880 que los ingleses fomentan su cultivo para exportarlo al Reino Unido en los vapores que hacían escala en los puertos de Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas. Fue entonces cuando se desarrolló la variedad que mejor se adapta al clima y al suelo de las Islas Canarias: la “pequeña enana”.
Las características diferenciales más significativas del plátano de Canarias son el bajo contenido en almidón y la alta presencia de azúcar. Además, dado que en el archipiélago canario la fruta se madura durante unos seis meses (tres más que la banana), el sabor y el aroma son mayores.
Un cultivo exigente
El cultivo del plátano de Canarias está sometido a los estándares de control sanitario y medioambiental de la Unión Europea. La platanera es una planta muy frondosa pero solo emite un único y gran racimo de plátanos. Después de dar el fruto, esta muere y es cortada para dar vida a otra planta. Al pie de la platanera crecen "hijos", pero el agricultor solo debe dejar uno, por lo que los corta con una barra de hierro afilada: la barreta.
No obstante, en la actualidad, la planta se obtiene mediante cultivos 'in vitro' y son los viveros los que suministran plataneras cuando lo demanda el agricultor.
La mejor agua y un buen abono
La platanera requiere de mucha agua de calidad y de un buen abono, por lo que se nutre del estiércol obtenido de reses de ganado. La utilización de este abono natural ha potenciado la preservación de una raza de oveja autóctona en peligro de extinción: la oveja canaria de pelo u oveja pelibuey.