La isla de Lanzarote, la más oriental de las Islas Canarias, se caracteriza por sus peculiares paisajes volcánicos de tierras negras y rojizas que recuerdan en ocasiones a la superficie de Marte. Un entorno único que esconde infinidad de secretos, desde peculiares viñas sobre suelos volcánicos donde saborear vinos realmente singulares, a salinas llenas de color, mágicas galerías subterráneas o los atractivos espacios diseñados por el artista César Manrique. Lugares memorables para una visita imprescindible.
Timanfaya
El Parque Nacional de Timanfaya es uno de los más visitados de España, un extraordinario espectáculo visual que nadie se quiere perder. La ruta de unos 14 kilómetros en el interior del Parque se realiza en autobús, un recorrido sobrecogedor que se adentra en campos de lava y que culmina con una demostración de las altas temperaturas que existen cerca de la superficie de la tierra. Fuera de los límites del Parque, se puede hacer un recorrido en camello y a pie por senderos habilitados.
Jameos del Agua y Cueva de los Verdes
Son dos de los centros turísticos más atractivos de Lanzarote. Ambos, próximos entre sí, se originaron tras las erupciones de Timanfaya, que crearon un mundo subterráneo de cuevas, túneles, galerías en las que sorprende la gama de colores de sus bóvedas y paredes, o lagos donde viven especies endémicas como el cangrejo ciego.
Mirador del Río
Perfectamente integrado en su entorno natural, desde este espacio diseñado por César Manrique las vistas son majestuosas. La Graciosa y los islotes que conforman el Archipiélago Chinijo, el brazo de mar que los separa de Lanzarote -conocido como El Río-, la fantástica playa y riscos de Famara, el océano en su inmensidad… Inolvidable.
Playa de Famara y las calas de Papagayo
Extensa, indomable, de fina arena dorada, atrapada entre el Atlántico y los imponentes Riscos… así es Famara, una de las playas más hermosas de las Islas Canarias. Paraíso para los deportes de viento y olas, pero también para quienes disfrutan de largos paseos mientras el sol languidece.
Papagayo es un remanso de arena blanca y tranquilas aguas turquesas, ideales para practicar snorkel. Uno de los rincones más bellos de la isla, alejado del bullicio, donde disfrutar de un relajante día de playa. A nuestra espalda, el paisaje austero del Monumento Natural de Los Ajaches; en frente, las vistas a la isla de Fuerteventura y el islote de Lobos.
Teguise
En Teguise se respira historia. Un paseo por el centro, declarado “conjunto arquitectónico-histórico-artístico”, con calles empedradas, entre edificios señoriales y casas que aún conservan la arquitectura tradicional, nos evoca su esplendoroso pasado. El animado mercadillo que se celebra cada domingo, uno de los más populares de las Islas Canarias, pone la guinda a un día diferente.
La Geria
La tierra negra volcánica contrasta en este Paisaje Protegido con el verde de las vides, creando una bella estampa única en el mundo. Los vinos malvasía que se producen con técnicas de cultivo tradicionales son de una calidad reconocida internacionalmente. Degustar alguno de estos caldos mientras contemplamos el paisaje que se extiende ante nosotros es una experiencia inigualable.
Salinas de Janubio
Este paisaje de sal y su llamativa variedad de colores es otro de los lugares inolvidables de Lanzarote, declarado Sitio de Interés Científico por su enorme valor. Son las mayores salinas de las Islas Canarias, y aún están en activo. En la pequeña tienda se pueden adquirir algunos de los tipos de sal de insuperable calidad que se producen en este gran lago alimentado por las aguas del océano. ¡Un gran regalo para llevar a casa!