¿Qué hacer para aparcar el móvil durante los días de asueto? Lo primero es proponérselo en serio, y después seguir estos pasos.
Uno de los buenos propósitos que se marcan muchas personas a la hora de afrontar las vacaciones es desconectar del móvil en la medida de lo posible. No siempre es fácil, porque no solo es complicado mantenerse al margen de aquellos asuntos laborales que siguen su curso mientras estamos en la playa, sino que son muchos los que documentan en redes sociales los pormenores de su viaje y se sienten prácticamente obligados a atender likes y comentarios durante el periodo vacacional. Queremos desconectar, sí –de hecho, llega un punto en que más que un deseo puede ser una necesidad–, pero a la vez es precisamente en vacaciones cuando algunos están más online que nunca. ¿Qué hacer para aparcar el móvil durante los días de asueto? Lo primero es proponérselo en serio, y después seguir estos pasos:
Aprovechar los cambios de rutina para aparcar el móvil
El psicólogo Alberto Álamo, de Sexología y emoción, señala que, contra lo que muchas personas creen, las vacaciones son un momento óptimo para olvidar el móvil. “Los cambios de rutina son ideales para crear rutinas nuevas en las que el teléfono no esté presente, y en cuanto las hayamos repetido unas cuantas veces ni nos acordaremos de que existe”. Es decir, si estamos acostumbrados a desayunar mientras miramos Facebook, o a conectarnos después de cenar, o mirar el mail justo antes de ir a dormir, en vacaciones cambiaremos horarios, hábitos y rutinas, y si dejamos el móvil fuera de ellos no lo echaremos de menos.
La habitación, para dormir
Muchas personas duermen junto a su teléfono con la excusa de que lo utilizan como despertador. “Es recomendable dejarlo en otra habitación durante la noche y meternos en la cabeza que el contexto de la cama no es compatible con el teléfono”, recomienda el psicólogo, quien alerta de que la excesiva dependencia de la tecnología, especialmente entre las nuevas generaciones, “está dando lugar a ciertas carencias en cuanto a habilidades sociales, ya que lo virtual nos ayuda a vencer ciertas barreras que antes, cuando no existían los móviles, nos veíamos obligados a afrontar”.
Evaluar el grado de “enganche”
Para Álamo, es importante evitar la demonización de la tecnología, pues es innegable ha dado lugar a nuevas formas de relacionarse y trabajar que, si se gestionan de forma sensata, pueden mejorar nuestras vidas. “Herramientas como Whatsapp han puesto en contacto a muchas personas que ahora se comunican de forma más constante y fluida, y han dado lugar a nuevas formas de gestionar el trabajo que no nos atan a una oficina”, señala el psicólogo. Se trata, pues, de que cada persona sea consciente de cuál es su grado de adicción a su teléfono y evalúe qué usos mejoran su vida y cuáles constituyen un abuso o una pérdida de tiempo. “Las vacaciones son un buen momento para plantearnos con templanza y reflexión cómo usamos el móvil, para qué, cuánto tiempo le dedicamos, y a partir de ahí actuar”.
Ponerse horarios
¿Por qué colgar cinco fotos diarias de las vacaciones si podemos colgar una? Cada persona sabe cuáles son sus necesidades, y en función de ellas es interesante reducirlas para ser más libres a la hora de atender los estímulos que nos ofrece viajar. “Sería interesante que todas aquellas personas que necesitan documentar su vida en redes sociales hiciesen un ejercicio de introspección para ver de dónde procede esa necesidad de compartir la intimidad, que tal vez podría estar supliendo algún tipo de vacío. Es un ejercicio complejo, pero a su vez muy interesante, que nos puede llevar a plantearnos la necesidad de poner algún tipo de límite a la hora de gestionar nuestra relación con las redes”, explica Álamo.
Aprender a gestionar la espera romántica
Todos aquellos que parten de vacaciones con una relación afectiva en ciernes suelen preguntarse cómo gestionar la comunicación durante el periodo vacacional. “La espera tensa que se genera durante el cortejo es humana e incluso bonita, y no nos engañemos: también tenía lugar cuando no existían los móviles”, indica Álamo. “Es importante no desesperar y, ante una respuesta que no llega, optar por no acribillar al otro con más mensajes, sino dejarle su tiempo”. El psicólogo destaca un fenómeno nuevo que antes no existía, y que genera gran inquietud en muchas personas cuando inician una relación: “cuando conocemos a alguien, hemos de tener claro que existe la posibilidad de que se comporte de manera diferente en el plano real y en el virtual. Es fundamental no sacar conclusiones precipitadas y desmedidas ante el juego de presencias y ausencias que se genera en lo virtual”.