La isla de La Palma, una de las más jóvenes de las Islas Canarias, surgió de un volcán submarino situado a 4.000 metros bajo el nivel del mar y, actualmente, sigue creciendo, lo que provoca un espectáculo único de la naturaleza. Sus entrañas se abren y emerge material en forma de lava procedente del mismo núcleo de La Tierra. Esto sucedió por última vez en septiembre de 2021.
La lava del conocido como nuevo volcán de La Palma se abrió paso hasta el mar quedando varias fajanas con nuevas playas, aún vírgenes, en las que el mar y la arena negra prometen un sinfín de posibilidades en el futuro para el baño, los deportes acuáticos o el avistamiento de cetáceos.
Del cráter del volcán, ubicado en la zona de Cumbre Vieja, salieron los chorros de lava que recorrieron los municipios de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte, aumentando la isla en varias ganadas al océano Atlántico con estas fajanas.
Los habitantes de la isla vivieron casi tres meses de incertidumbre con varias bocas abiertas en fisuras de la tierra que han dejado una montaña imponente y un paisaje nuevo imposible de olvidar. Actualmente se realizan excursiones con empresas autorizadas de La Palma por un sendero habilitado hasta el nuevo volcán.
Un archipiélago y una isla vivos
Toda la tierra de las Islas Canarias es de origen volcánico, de ahí que muchas de sus playas, sobre todo las de La Palma, sean de arena negra. De hecho toda la isla ha sido reconocida por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, y por la Fundación Starlight como Reserva y Destino Starlight.
También en Fuencaliente encontramos el volcán de Teneguía cuya erupción, en 1971, fue todo un espectáculo y dio lugar a un nuevo paisaje volcánico en la zona. Esta zona, concretamente, ha sido declarada como monumento natural de Los Volcanes de Teneguía.