Kilómetros de paradisíacas playas de arena blanca o dorada y aguas turquesas. Esta es la fotografía idílica para cualquiera a quien le guste sentir el sol, la brisa marina y tomar revitalizantes baños en aguas tranquilas y transparentes. No hay que irse lejos para que esta imagen ensoñadora se convierta en real cualquier día del año. Ahí está, en Fuerteventura, para disfrutarlo intensamente y sin prisas a pocas horas de las principales ciudades europeas.
Deportistas de las disciplinas de «viento y olas» de diferentes partes del mundo aprecian las excelencias de esta isla canaria para practicar el surf, windsurf y kitesurf: extraordinario clima, largas jornadas, sol todos los días del año, perfectas condiciones de viento y olas, completa oferta de servicios e instalaciones… Todo lo que deportistas de cualquier nivel puedan necesitar.
Y si nos cansamos de disfrutar de relajantes días de playa —algo bastante improbable—, Fuerteventura, una de las Reservas de la Biosfera de las Islas Canarias, también ofrece otros planes inolvidables. Recorrer los paisajes austeros del interior y sorprendernos con la belleza de sus suaves relieves; detenernos en pueblos en los que el tiempo transcurre a otro ritmo y conocer la historia de la isla; visitar pequeñas y pintorescas localidades costeras donde disfrutar de un exquisito pescado fresco acompañado de otras delicias de la gastronomía majorera, como sus prestigiosos quesos con Denominación de Origen, internacionalmente reconocidos y galardonados con innumerables premios.
De playa en playa
Casi 150 kilómetros de playas de postal y un solo problema: ¡decidir a cuál ir! Un contratiempo que fácilmente se supera eligiendo cada día una diferente. Hoy recorremos grandes playas rodeadas de un inabarcable campo de dunas; mañana nos apetece disfrutar de un baño seguro, sobre todo para los más pequeños de la familia, en las lagunas de agua cristalina que se forman entre bancos de arena y arrecifes naturales; otro día nos sentimos más aventureros y llegamos hasta indómitas playas solitarias, escenario de grandes producciones cinematográficas, o hacemos una excursión en barco hasta un pequeño islote en el que disfrutar de momentos inolvidables…
Esta es la isla perfecta para venir ligero de equipaje y regresar cargado de relax y bienestar.
Jugar con el viento y las olas
Windsurf y kitesurf son los reyes de los deportes acuáticos en esta isla. Aficionados y profesionales de máximo nivel encuentran en Fuerteventura unas condiciones inmejorables para cabalgar sobre las olas y retar al viento cualquier día del año.
Para quienes siempre han soñado con sentir la emoción de subirse a una tabla y lanzarse al mar, esta es la oportunidad perfecta. La isla cuenta con escuelas y empresas especializadas que proporcionan todo lo necesario para practicar o iniciarse en estos deportes, prestando un servicio altamente profesional y de calidad avalado por décadas de experiencia. Prueba de ello es la celebración desde hace años, en las maravillosas playas de Jandía, del Campeonato Mundial de Windsurf y Kiteboarding al que acuden deportistas de élite internacionales.
Saborear el queso majorero
Si hay una delicia gastronómica que destaca en Fuerteventura son los quesos. El «Queso majorero» es una de las tres Denominaciones de Origen Protegidas de las Islas Canarias con las que se ha distinguido a este producto de gran tradición en el archipiélago y en particular en esta isla.
Reconocidos año tras año entre los mejores del mundo, la extraordinaria calidad de estos quesos, elaborados artesanalmente con las técnicas tradicionales, es cada vez más valorada por gourmets y prestigiosos chefs. Si expertos así lo confirman, por qué no darse un homenaje y dedicar momentos únicos a mimar el paladar mientras disfrutamos de los singulares paisajes del interior de Fuerteventura. Una sugerente oferta para probar las distintas variedades, tener la oportunidad de conversar con maestros queseros y, por qué no, llevarnos a casa una muestra de este manjar.
Historia y cultura a pie de calle
Fuerteventura fue la primera isla conquistada por los europeos, así que es fácil imaginar las interesantes muestras históricas que conserva. Una visita obligada es Betancuria que, fundada en 1404, fue la primera capital insular. Caminar por sus calles y conocer un patrimonio declarado Conjunto histórico nos inspira para recrear épocas pasadas, deteniéndonos en cada detalle de sus edificios.
La isla también cuenta con interesantes museos que nos adentran en una cultura e identidad que se remontan a la época prehispánica, de la que aún se conservan numerosos vestigios. Los aborígenes, denominados «majos» o «maxos», dejaron un importante legado como los grabados de huellas de pies (podomorfos) realizados sobre piedras de la montaña de Tindaya, considerada un importante lugar sagrado y de culto.
Recorrer los paisajes más antiguos de las Islas Canarias
Fuerteventura fue la primera isla del archipiélago canario que comenzó a emerger de las profundidades del océano Atlántico hace millones de años. Al no haber sufrido erupciones volcánicas en milenios, la erosión ha tenido vía libre para moldear el relieve a su antojo, siendo la verdadera protagonista en paisajes como el de Betancuria. Y el resultado no ha podido ser más espectacular: extensas llanuras en las que las montañas de escasa altitud forman suaves ondas en el terreno, imagen que transmite una profunda sensación de relax. La austera vegetación intensifica el sosiego, creando una estampa única en Europa.
Contemplar el cielo nocturno
Las bellezas de Fuerteventura van más allá del medio terrestre, con sus hermosas playas y sobrios paisajes. La isla es perfecta para contemplar el cielo nocturno, unas condiciones excelentes que han permitido obtener para la totalidad del territorio insular una de las tres Rerservas Starlight que existen en las Islas Canarias, privilegio que pocos lugares en el mundo tienen.
Desde Sicasumbre, el primer mirador astronómico de la isla, aficionados y expertos disponen de paneles informativos e instrumentos de observación que se pueden usar libremente para disfrutar del espectáculo de estrellas, constelaciones, planetas y cometas que ofrece el cielo nocturno de Fuerteventura.
No te vayas sin probar…
El «Queso majorero» se elabora con leche de una raza autóctona de cabra de Fuerteventura y es una de las tres Denominaciones de Origen Protegidas que poseen los quesos de las Islas Canarias.