Visitar La Gomera es entrar en contacto estrecho con la naturaleza gracias a sus frondosos bosques milenarios, barrancos sobrecogedores, aguas repletas de vida y un clima suave durante todo el año. Todo, conectado por una amplia red de senderos que harán del viaje una experiencia natural inolvidable.
La Gomera, Reserva de la Biosfera
Desde el año 2011 La Gomera está catalogada como Reserva de la Biosfera por la UNESCO, un reconocimiento internacional que viene a demostrar el rico y amplio patrimonio natural de la isla, tanto terrestre como marino, su carácter sostenible y el respeto por el medio ambiente. Otorgado en la categoría de excelente, la organización quiso destacar la labor de la isla en tres pilares fundamentales: conservación de recursos, respeto por el desarrollo preservando el medio y las tradiciones y, al mismo tiempo, su labor en la investigación, formación y educación medioambiental. De esta manera, La Gomera potencia el turismo activo de manera sostenible, respetando elementos como la agricultura tradicional y, por supuesto, los parajes protegidos.
La Gomera, además, cuenta con endemismos de flora y fauna entre los que destaca el lagarto gigante de La Gomera (Gallotia bravoana), reptil que se creía extinto hasta 1999. En el Risco de la Mérica, en el Valle Gran Rey, se encuentra su único hábitat salvaje actual y un centro de recuperación para la cría en cautividad de la especie, donde ya han nacido más de 300 ejemplares.
El Parque Nacional de Garajonay
De entre todos los tesoros naturales de la isla, el bosque de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay es de los más preciados. Un bosque del periodo terciario que data de hace más de 66 millones de años donde la vegetación, a causa de la alta humedad y las suaves temperaturas, permite que la gran variedad de árboles conserven su follaje durante todo el año. Por ese motivo, Garajonay fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986. Su nombre nace de la romántica leyenda gomera de Gara y Jonay, los Romeo y Julieta isleños. Más de 800.000 turistas visitan cada año las casi 4000 hectáreas del parque para disfrutar, conectar con la naturaleza y sentir la magia de un espacio natural único.
Los bosques de laurisilva, al unirse con otros vegetales habituales en La Gomera, forman el monteverde. Así es como se denomina a las formaciones de helechos, hayas, acebiños, brezo o palo blanco, que forman. En Garajonay encontramos la presencia más grande de monteverde de todo el archipiélago, generalmente en barrancos o lugares de difícil acceso, aunque el paisaje predominante en la isla es el palmeral y es que, además de su gran capacidad de adaptación a cualquier terreno, la palmera es base de numerosas actividades artesanas y fuente de la reconocida miel de palma local. Otra de las joyas naturales que se pueden descubrir son las sabinas canarias, un pequeño árbol o arbusto muy característico variante de la sabina mediterránea, encontrándose entre Vallehermoso y Agulo el mayor sabinar de las Islas Canarias.
Dentro del propio parque se puede encontrar la zona recreativa de Laguna Grande y fuera de este se localiza el centro de visitantes Juego de Bolas. En la zona más alta, en la cima del Alto de Garajonay, una atalaya natural para observar el cielo sin ningún tipo de contaminación lumínica, el lugar perfecto para maravillarse bajo las estrellas durante la noche o contemplar el majestuoso manto verde de los árboles que caracteriza La Gomera durante el día.
Senderos con encanto
Además del Parque Nacional de Garajonay, La Gomera cuenta con otros 16 espacios naturales protegidos por la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, como la Reserva Natural de Benchijigua, en San Sebastián, o el Parque Natural de Majona, entre San Sebastián y Hermigua. Todos ellos pueden ser recorridos a pie gracias a la impresionante red de senderos presente en la isla, con más de 650 kilómetros señalizados que la atraviesan de punta a punta. Durante muchos años, los senderos fueron las únicas vías de comunicación, pero en la actualidad se han convertido en la manera más atractiva de conocer y descubrir los secretos naturales de la isla.
Una forma diferente de descubrir las maravillas de La Gomera a cada paso, adaptando el ritmo del viaje a las necesidades del viajero, sean senderistas experimentados o amateurs. La mejor manera de dejar atrás el estrés de la ciudad, olvidar la rutina y respirar. Por sus senderos se puede llegar a lugares que invitan a querer parar el tiempo y disfrutar sin ninguna prisa, como El Caserío de Imada, encajonado al fondo del barranco de Refate, en Alajeró, o Taguluche en Hermigua, un valle lleno de casas blancas y un esplendoroso palmeral que aboca al mar.
Una ventana al mundo
Otro gran atractivo de La Gomera es la capacidad para deleitar con sus vistas desde enclaves naturales donde se brinda la oportunidad de descubrir toda la isla desde las alturas. En el Mirador de Abrante, una plataforma de cristal suspendida en el aire da la sensación de estar volando sobre La Gomera. Desde la Fortaleza de Chipude, en Vallehermoso, se consigue disfrutar de la mejor puesta de sol de toda la isla y en Hermigua, desde el mirador de la Punta, se puede admirar la playa de Santa Catalina, una espectacular playa de callaos regalo de la naturaleza de La Gomera.
Cetáceos en La Gomera
Pero la naturaleza en La Gomera también está presente más allá de los caminos. Las aguas que rodean la isla están llenas de vida y se pueden avistar grandes cetáceos de manera habitual, delfines, ballenas o calderones, habiéndose documentado hasta 21 especies diferentes. Las aguas transparentes y la temperatura del océano generan una mezcla perfecta para disfrutar de los mamíferos marinos. Desde el puerto de Vueltas en Valle Gran Rey y, algunos días, desde Playa de Santiago, se pueden realizar excursiones diarias para ver delfines o ballenas. La isla de La Gomera y las aguas que la rodean han tenido el reconocimiento de ser el primer lugar de Europa nombrado Whale Heritage Site, Patrimonio Mundial de Ballenas, uniéndose a lugares como California, Sudáfrica o Australia.
También en la costa se puede encontrar un auténtico monumento natural. Los Órganos, un impresionante acantilado de origen volcánico con la forma de gigantescos tubos que, como si de un enorme órgano de piedra se tratase, se adentran hasta lo más profundo del océano dibujando un asombroso paisaje submarino.
