Casas tradicionales al borde de un barranco en Teno
Masca es sin duda la población más conocida y visitada del Parque Rural de Teno. Sus pocas casas son hogar de apenas 100 personas y están colocadas sobre el borde en forma de uve de un profundo barranco en las cumbres de Teno, en el oeste de la isla de Tenerife. Los grandes riscos de puntas desafiantes que rodean el conjunto hacen sentir al visitante que está a años luz del bullicio de la vida ajetreada de la ciudad y de sus preocupaciones.
La arquitectura de las casas de Masca es simple y deliciosa: techos a dos y cuatro aguas de tejas curvas, muros gruesos de basalto y mortero, y puertas de maderas nobles. Merece la pena visitar la pequeña ermita del siglo XVIII del barrio de La Piedra y los restaurantes de cocina local del lugar. El caserío es también el punto de llegada del duro ascenso a pie por el barranco de Masca, de 726 metros de desnivel y 4,5 kilómetros de longitud.
Poco después de dejar el caserío, cruzamos por primera vez el cauce del barranco por un puente de madera. A partir de aquí el recorrido va a ir saltando de un lado a otro del cauce, que lleva agua dependiendo de la estación y las lluvias. Las rocas del cauce muestran un aspecto redondeado y liso producto de la permanente erosión, que cuando hay que cruzarlo nos van a exigir cuidado y atención.
Estas huertas son el último exponente del uso humano antes de entrar en las partes cada vez más encajadas del barranco, donde ya no queda espacio para la agricultura. Aquí se practicaban cultivos de subsistencia. De hecho, el caserío ocupa las zonas menos propicias para el cultivo en las cresterías, dejando las laderas para los bancales
Esta pequeña presa recoge el agua de la zona de La Vica, del Barranco de Madre del Agua y del propio barranco de Masca por el que venimos descendiendo. Fijándonos a la izquierda del cauce, veremos el canal que llevaba el agua hacia las pequeñas zonas de cultivo en la parte baja del barranco.
A partir de la presa, entramos en la zona más encajada y angosta del barranco, es la zona de mayor peligro para desprendimientos, ya que nos encontramos entre paredes verticales de varios cientos de metros. La ruta es más complicada saltando a un lado a otro del cauce; si volvemos la vista hacia arriba veremos paredones erosionados que se retuercen en torno al caprichoso discurrir del cauce.En esta zona podemos dejar correr nuestra imaginación viendo las formas de las rocas.
Una ladera más suave fue convertida en una pequeña finca abancalada, que se suministraba con el agua del barranco. Es impresionante ver la laboriosidad de hacer dn este lugar un espacio de cultivo. Volviendo la vista atrás veremos un espectacular agujero en la roca, que nos habla de los procesos erosivos del barranco de forma especialmente plástica.
La Playa de Masca es el típico ejemplo de playa de bocabarranco, la mayor parte del frente litoral con callaos, si bien hay zonas de arenas que dependen de la marea y el tiempo. A ambos lados los imponentes acantilados de Los Gigantes con sus cuatrocientos metros de altura guardan esta cala paradisiaca donde reponernos y darnos un baño tras el descenso.
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).