El caserío de Las Vegas fue el primer asentamiento tras la Conquista en el municipio de Granadilla. Aún conserva su sabor rural y buenos ejemplos de arquitectura tradicional. Partimos de la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, cuya campana no está en el edifico sino en el pino ubicado en su plaza.
Nada más comenzar a subir por el sendero encontramos un curioso conjunto etnográfico, formado por un aljibe excavado en la toba a nuestra derecha y un pequeño lavadero a la izquierda, también sobre la roca. Algo más arriba un horno con los mismos materiales unen agua y fuego en esta hoya a la salida del caserío.
El nombre del caserío y este lugar viene de la forma en que se creaban los campos de cultivos en estas zonas de pendiente, escasez de agua y suelos de no demasiada calidad. Buscando pequeños cauces en los que se interrumpía el discurrir del agua, para captarla con el limo y crear espacios para sembrar. Estas son las vegas, que aparecen en torno a este lomo en cuyo morro hay uno de los típicos estanques excavados en la roca del sur de la isla.
Todo este recorrido vamos a cruzarnos con un gran número de conducciones de agua. Aquí cruzamos por la pista el canal del sur, que va en su recorrido por estas zonas seminaturales abierto. Es uno de los canales principales de la isla, que traslada el agua de las galerías a cota alta, para posteriormente distribuirla por las diferentes comarcas por gravedad.
Al continuar por la pista subiendo el Lomo Seco, fíjese que en el margen derecho hay una acequia excavada en la toba blanca que transportaba el agua a las fincas situadas en las medianías.
Este es el segundo cruce que hacemos por Barranco Seco, que a pesar de su nombre nos muestra en su cauce uno de los puntos de mayor interés botánico del recorrido. Caminamos todo el tiempo por las cotas bajas del pinar, aunque lo más interesante es el sotobosque donde encontramos jaras, escobones y especialmente en este barranco una amplia representación de tajinastes.
El cubo del molino de aguas de Las Vegas permanece aún en aceptable estado de conservación, aunque debemos imaginar como era su funcionamiento, ya que ha desaparecido la conducción de agua que la vertía a su interior y el propio ingenio molinero.
Este molino aprovechaba el agua que venía de la cumbre para moler el cereal, dejándola continuar luego para el riego de los campos sin desperdiciarla.
Mientras bajamos a un nuevo cauce, a la vera del camino hay un pequeño jameo que da acceso a un tubo volcánico, muy comunes en la isla producto de las coladas que enfrían su capa superior mientras la lava sigue corriendo por el interior hasta que cesa el flujo y quedan este tipo de cuevas volcánicas. Por favor, limítese a mirar al interior, pero no se aventure en él.
Es necesario equipo especializado y contar con apoyo de personas expertas.
Excavar cuevas artificiales, muchas veces aprovechando aberturas naturales, es una práctica heredada de los aborígenes. Especialmente en zonas como estas de Las vegas con paquetes de tobas que son fácilmente horadables. A la vera del camino vemos un pequeño conjunto de este tipo de hábitat, que aprovechaba el terreno y que fue muy común en la comarca sur de la isla.
Esta atajea de madera que se mantiene sobre este barranquillo es un ejemplo de las antiguas conducciones de agua. Un canal de madera, posiblemente de tea, cruza el barranquillo asentada sobre sillares de piedra. Seguramente el haber encajado dentro de la atajea un tubo moderno tenga mucho que ver con la conservación de este tipo de fábrica, que fu muy común antes de la llegada del cemento y de las tuberías plásticas.
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).