Este gran claro hoy ocupado por un aparcamiento y diversos equipamientos es un gran cruce de caminos. Antiguamente una cruz encomendada a la virgen del Carmen protegía a los transeúntes. A finales del siglo XIX, el guarda forestal de la zona decidió premiar a los que acarreasen una piedra con un hato de madera; de esta manera se acopió material para construir esta ermita para la Cruz del Carmen.
Antes de bajar, acérquese al mirador donde tendrá una de las mejores vistas de la Vega de La Laguna.
Este cruce era importante, ya que aquí se unían los pasos de los punteros (habitantes de Punta del Hidalgo) y de los vecinos de Las Carboneras, que subían a la Cruz del Carmen, punto de distribución en la cumbre. La importancia del cruce la marca una cruz que permanece como testigo del paso de tantas personas.
Llegamos después de atravesar la degollada de las escaleras, uno de los tramos más duros del sendero por el desnivel que se salva en un tramo muy corto.
Este caserío a mitad de camino es un ejemplo excepcional del hábitat troglodita que aún permanece en Anaga. La mayor parte de las viviendas son casas cuevas excavadas en la tosca, ya que la dificultad para encontrar terrenos llanos hacía que estos fueran cultivados y la gente viviese en lugares marginales sin robar un metro de suelo fértil. Alrededor del roque está la mayor parte de las viviendas del caserío.
Antes de continuar bajando, podemos acercarnos al Mirador de Aguaide, con impresionantes vistas sobre Punta del Hidalgo y el resto de la costa norte de Anaga.
Nada más salir por el sendero vemos en medio del barranco un imponente roque, un pitón fonolítico, que distinguimos por su color claro. Es el roque de los Pinos, donde está la única población de pino canario, ya que teóricamente el parque está por debajo de su cota habitual. En este roque se localiza uno de los endemismos botánicos del Parque, Cistus chinamadensis, una jara endémica.
Este bellísimo roque es el símbolo del pueblo de Punta del Hidalgo. Su nombre viene de una leyenda guanche. Dos jóvenes hermanos al prohibirse su amor subieron al roque y se lanzaron al vacío de noche y quebrado por el dolor la montaña se abríó en dos con un gemido de sufrimiento.
Las construcciones que aparecen en un lateral del barranco pertenecen al Pozo La Fajana, que da agua a las explotaciones agrícolas de Punta del Hidalgo. El edificio mayor alberga maquinaria antigua de enorme valor, aunque actualmente no es posible verla. El pozo realmente es una mina de agua que entra con una galería hacia el interior del barranco para captar agua dulce y huir de la intrusión marina del agua del océano.
La ruta finaliza en un mirador con oficina de información turística, con una vista del Macizo de Anaga, de donde hemos bajado, y de la costa. Un monumento a una de las grandes figuras del folclore canario Sebastián Ramos, El Puntero, nos recuerda que este pueblo es una de las cunas de esta manifestación. Si continuamos hacia la costa, es posible darse un baño en los charcos del litoral y ver una de las rasas marinas más interesantes de la isla. Al final del paseo hay también parada de bus
- Nunca dejes residuos de ningún tipo en el entorno, incluidas las colillas. Los restos de comida contribuyen a la proliferación de roedores y gatos asilvestrados que suponen una grave amenaza para la fauna.
- Respeta a los animales, no los molestes ni los alimentes. Si ves algún ejemplar herido, puedes avisar en el teléfono de emergencias 112. Tampoco arranques flores o plantas.
- No recojas ni te lleves piedras o cualquier otro elemento del medio natural. Tampoco lo modifiques amontonándolas para realizar las tristemente famosas “torres”.
- Respeta la señalización de los senderos. Salirse de los caminos habilitados provoca daños en el entorno y además puede ser peligroso para ti y para quienes te acompañan.
- Es más seguro llevar a tu mascota con correa.
- Procura no alterar la tranquilidad del entorno con ruidos excesivos (música alta, gritos...).